Como es Domingo y está lloviendo quiero expresar unas ideas. Si tengo que buscar un título a priori este podría ser “La búsqueda del sentido”.
Hay varios temas que configuran la reflexión (o varios puntos si se quiere), para al final confluir en algo común: el sentido de las cosas. Por eso primero debemos intentar definir qué es el sentido, que es harto difícil. Sin embargo creo que la R.A.E. lo define, de forma concisa y tal vez algo simple, bastante bien: Razón de ser, finalidad o lógica que tiene una cosa.
Así cuando uno hace, o intenta hacer de las cosas, de sus actos, y en último término de su vida algo con sentido, significa que mientras está haciéndolo hay una energía vital, llamada motivación, sentido, creencia, que nos impulsa a aquello que queremos hacer realidad aquella finalidad última que tienen las cosas. Para poner un ejemplo más concreto podemos pensar en la pareja, en el amor. Cuando miro a mi alrededor veo poco sentido en las parejas. en las relaciones. Pareciera más bien que muchas de ellas se forman por el miedo a la soledad, por evitar un mal mayor, por compromiso. Llega hasta tal punto que las personas en lugar de comprenderse y conocerse y, finalmente, amarse acaban llevando una doble o triple vida, porque se han acostumbrado a actuar, a fingir, para luego…de forma solitaria y mentirosa intentar buscar el sentido de lo que quieren, la finalidad de lo que anhelan.
También pasa en lo que uno hace, persigue, por ejemplo, en el entorno laboral: me gustaría estudiar Psicología, o creo que se me da bien la música, pero bueno, mejor estudiar una Ingeniería o ADE, porque así, aunque es detestable seguro que no me faltará un sueldo de 800€ el día de mañana. Mejor no arriesgar, mejor traicionarme a mí mismo, traicionar incluso el sentido de mi ser, es decir, lo que llevo dentro, lo que soy, lo que puedo desarrollar al mundo, mi esencia, mi fuerza, mi potencia que está llamada a ser de forma irremediable. Mejor es callarla y poder comer, poder asegurase lo mínimo, igual que sucede con la soledad y las relaciones de pareja. Y luego, tal vez, en ese rato que me sobra…podré llevar una doble vida. O si no, siempre puedo acabar drogándome, siendo alcohólico, vicioso de la comida , depresivo o todos esos males que surgen de no ser una persona vital, una persona que persigue lo que siente y lo que piensa, que se reprime. Porque el sentido más importante, la fuerza mayor que tenemos las personas es la creencia. La creencia es lo que nos hace arriesgar, buscar, perseguir las cosas y al final cambiarlas. ¿Y por qué? Porque queremos ser mejores, y queremos hacer un mundo mejor. Porque nada que es, es perfecto, y cuando cambia se va acercando, cada vez más hacia la perfección. Pero si se perpetua, hasta el punto de que ya ni siquiera tiene sentido de ser, sino que su único sentido es cambiar -y se lo reprime-…entonces eso está muerto, está viciado.
¿Por qué no luchamos por lo que creemos? Será que tal vez el mundo nos ha hecho así, la sociedad, o más bien, creo, es porque tenemos un miedo innato a dejar de pertenecer al grupo, a cuestionar eso que todos saben pero que nadie se atreve a decir, porque herirías los sentimientos de aquellos que se han dedicado a perpetuar lo que hay, a construirlo, y por ese respeto sin sentido nos callamos y agachamos la cabeza, creyéndonos menos y más incapaces de mejorar y hacer más de lo que hay.
Y es que esto último pasa en todos los ámbitos de la vida, en la pareja, en la casa, en el trabajo. Siempre cuando uno intenta cambiar lo que hay se enfrenta a una resistencia grupal, a lo inamovible y a la esencia más conservadora y fría del ser humano, al miedo al cambio. Y entonces, si sale bien todos asumen la verdad como obvia…pensando en por qué no se había hecho antes dicho cambio…
Y yo, particularmente, siento que no puedo - y tal vez nunca podré- pertenecer al grupo, a los grupos que formamos las personas. Porque el grupo trata de imponer y yo no puedo dejar de pensar en cómo podría mejorar, en qué cambiar…hasta el punto de que este desazón de no saber si estás en lo cierto o yerras…te sume en un estadio de inacción, de perdición, de duda…porque no comprendes cuál es el motor que alimenta la tan enorme falta de vitalidad de este mundo…Es la empresa del miedo, la represión que anula y mata la búsqueda del sentido.
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